Aunque no te hayas sumergido de lleno en el debate especializado sobre tecnologías y su aplicación práctica, seguro que la inteligencia artificial se habrá cruzado varias veces en tu camino, en este último año y medio. Es algo comprensible, con una innovación que ya está comenzando a modificar algunos aspectos importantes de nuestra relación con la digitalización. Sin embargo, el auténtico potencial de la IA está aún por desarrollar.
Pero actualmente ya podemos hablar de una serie de líneas estratégicas en las que la inteligencia artificial puede adquirir mucha relevancia en el contexto corporativo. ¿Cómo podrás implementar herramientas de IA para transformar positivamente tu organización?
El Big Data, el auténtico catalizador de la inteligencia artificial
La inteligencia artificial es, en esencia, un cauce a través del cual se recoge, selecciona, analiza y procesa una cantidad demoledora de información, sin que intervenga el ser humano en una importante porción de este proceso.
Además, los modelos de IA están pensados para, una vez «entrenados» en la manera de seleccionar y procesar la información, poder mejorarse a sí mismos de manera constante y autónoma para ser más precisos y eficientes, a través del ensayo-error.
Por otro lado, en este camino de auto mejora constante, también persiguen una mayor eficacia a la hora de interactuar con humanos, o con otros agentes tecnológicos: dispositivos, redes de comunicación e incluso otras inteligencias artificiales.
De todo lo anterior puede inferirse que la piedra angular del ecosistema IA, además de la programación de los modelos en sí mismos, está en el Big Data: cuanto mayor sea el volumen y la calidad de los datos mejor funcionará la inteligencia artificial.
Algunas maneras de aprovechar la IA en tu organización
A través de la utilización de los datos propios de cada organización se puede personalizar de una manera muy precisa un modelo de inteligencia artificial —o varios de ellos— para que desempeñe funciones concretas. Con carácter general podemos citar:
- Acelerar la recogida y análisis de datos y KPIs: Sobre todo en aquellos procesos que permitan una toma de decisiones estratégicas basadas en información cualificada o en momentos especialmente sensibles para la empresa.
- Automatización de procesos: Gracias a la inteligencia artificial muchas tareas repetitivas, mecánicas y que usualmente se llevan a cabo de manera manual se pueden automatizar. Esto libera tiempo y recursos para labores de mayor valor y peso estratégico.
- Reducción de errores: De la ventaja anterior también se deriva otra igual de importante, como es la desaparición de errores humanos en cualquiera de los procesos citados. Si el modelo de inteligencia artificial está correctamente programado y «entrenado» funcionará sin fallar de manera permanente.
- Mejora de áreas relacionadas con los clientes: Como puede ser la atención al cliente, el servicio técnico, de incidencias y otros similares. Implementando herramientas conversacionales de IA para ello el contacto con los clientes —e incluso con algunos proveedores, en algunos casos— puede resultar mucho más ágil, efectivo y adecuadamente filtrado y clasificado.
Aunque la investigación con inteligencia artificial lleva años desarrollándose, es en la actualidad donde está experimentando un crecimiento mayor. Y donde está explorando campos de aplicación que hace dos décadas parecían impensables. La parte más positiva de la IA es que es de utilización virtualmente ilimitada e infinitamente personalizable.
Para lograr aplicar de manera efectiva una solución de inteligencia artificial es crucial analizar los procesos de cada organización, sus metodologías de trabajo, su cultura corporativa y aquellas áreas donde la IA podría aportar valor realmente. Es aconsejable realizar un análisis y un estudio sosegado y cualificado de cada caso para que la re_evolución resulte un éxito.